jueves, 19 de junio de 2008

Memorias y recuerdos: una aproximación subjetiva a la Historia reciente

El género autobiográfico, en lo tocante a la Historia reciente, vive en los últimos años un auge digno de mención. Parece que los lectores prefieren el enfoque personal, subjetivo, de la Historia, que estos relatos ofrecen. Quizá la cercanía que supone hablar "en primera persona", hace más atractivas estas obras. El movimiento por la "recuperación de la Memoria histórica" tampoco es ajeno a este fenómeno, y ha favorecido que muchas personas se animen a contar su historia.

Desde luego, unas memorias no son un libro de Historia, pero sí son el testimonio personal de alguien que, en mayor o menor medida, ha sido protagonista de acontecimientos del pasado. Y desde esta perspectiva tiene un indudable valor.

Las memorias de políticos, empresarios, militares y gobernantes, que han tomado decisiones que afectaron a todo un país o a grandes masas de población, son una fuente de información muy interesante, que hay que leer con espíritu crítico, ya que, aun suponiendo que se escriban con voluntad de sinceridad y honestidad intelectual, no dejan de ser la perspectiva que una persona tiene lo que sucedió en el pasado. Siempre habrá que contrastarlas con otras fuentes, si queremos ser rigurosos a la hora de valorarlas.

Pero no sólo se han lanzado a escribir sus memorias miembros de las clases dirigentes. También lo han hecho militantes de partidos de izquierdas, sindicalistas, líderes de movimientos sociales, o simplemente personas que han sufrido la represión y las represalias por sus ideas, su práctica profesional o su condición sexual. Lógicamente, también hemos de ser críticos con estas obras y contrastar sus datos y afirmaciones.

En el caso de la Historia reciente de Málaga, me gustaría poner tres ejemplos de este tipo de obras. Son tres autobiografías que, cada una a su manera, ofrecen visiones complementarias de nuestro pasado reciente. Hay más memorias, o simplemente recopilación de recuerdos, escritas por malagueños, sin duda interesantes, y que merecerían también ser recomendadas, pero yo propongo ahora estas tres, por supuesto, se agradecerán otras sugerencias y comentarios.

La vida de un hombre cualquiera, de Manuel Márquez Mira (1904-1979). Natural de Torrox (Málaga), llegó a ser responsable de una gran industria radicada en Málaga capital, CITESA, sin embargo, a sí mismo se ve "como un hombre cualquiera". En una primera edición, del año 1976, esta obra se tituló Manuel Márquez Mira, hombre de empresa, tal como se puede ver en el blog de CITESA, pero el autor había propuesto el título que citamos, y bajo el cual se reeditó esta obra a finales de los años noventa, en una edición no comercial. Dispongo de un ejemplar de esta reedición gracias a Salvador Márquez Galindo, con quien tuve la ocasión de participar, hace algunos años, en un acto celebrado en Torrox, dedicado a la figura de Manuel Márquez.

Memorias de un cura antes de Franco, con Franco y después de Franco, de José María González Ruiz (1916-1995), natural de Sevilla, fue uno de los más destacados teólogos a raíz de la celebración del Concilio Vaticano II, canónigo de la Catedral de Málaga, se situó en posturas críticas y combativas frente a los responsables del régimen franquista y de la jerarquía eclesiástica. En sus memorias narra su visión de estas luchas y de su pensamiento social y teológico. Tuve la ocasión de conocerle personalmente y escuchar alguna conferencia este cura, claro exponente del acercamiento teórico y práctico que vivieron marxismo y cristianismo en las décadas de los 60 y 70.

A la sombra de los recuerdos : Memorias de un perchelero, de Manuel Ruiz Benítez (1940- ), vecino del popular barrio de El Perchel, narra sus años de infancia entre la escuela y el trabajo "llevando las cuentas" de las tabernas que regentó su padre (de ahí su apodo Manolo "Quitapenas", por el nombre de una de las tabernas), su juventud rebelde reconstituyendo las Juventudes Comunistas y el PCE y fundando Comisiones Obreras, sus años de cárcel en Málaga, Carabanchel, Jaén y Palencia y su experiencia en los años de la Transición. Según el propio autor declara en una entrevista: "escribo para recordar lo que he vivido (...) no tengo rencor, lo que no quiero es olvidar".